ADOLESCENCIA PROLONGADA

Rope (1948) Dir. Alfred Hitchcock


por Julia Scrive-Loyer

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He visto Rope tres veces en los últimos 12 años. La diferencia entre la primera vez, cuando tenía 15, y la última el otro día, a los 27, es que por primera vez sentí que era una de las películas más perturbadoras de Hitchcock — y eso me hizo sentir muy bien como persona. La vez del medio, a los 19, sólo me sirvió para darme cuenta de que los dos protagonistas eran novios. Estos fueron mis apuntes, fríos, de esa segunda vez que la vi:

“Puntos importantes: La relación entre Brandon y Phillip, relación casi homosexual. Parecen vivir juntos. Mrs. Wilson conoce a Phillip tanto como conoce a Brandon, y parece importarle.
El cambio de valor de planos se hace discretamente y con mucha naturalidad. Muy Hitchcock. Pasamos de un detalle a un plano general en un sólo plano, sin que nos demos cuenta. La luz también cambia de manera natural.
La manera en que se da la información, paso a paso.
Jimmy Stewart es muy Jimmy Stewart aunque la película sea bastante perversa desde el inicio. Farley Granger es excelente, y la que hace de Mrs. Wilson también.
El plano final es extremadamente simbólico, Stewart al lado de David con sus ideales derrumbados.”

Gracias, Julia del pasado, me ahorraste hablar de algunas cosas que me parecen admirables de Rope pero sobre las que no me interesa ahondar en este artículo. Sobra alabar las proezas de puesta en escena de Hitchcock, el guion, o lo mucho que amo a Jimmy Stewart — ¿creo que eso ya ha quedado bastante claro en mis otros textos? En este artículo, no me voy a apoyar en bibliografía, aunque he escuchado podcasts y videos sobre la peli que me han parecido muy interesantes y que les compartiré al final del texto. Lo que quiero es hablar de la película a través de mi propia evolución — porque soy un Pokemon, obviamente, todos lo somos. Y me encantaría hablar de todo el subtexto homoerótico que me parece sumamente interesante, pero ya veré si llego ahí naturalmente, sino lo logro, el video que les dejaré al final se dedica enteramente a eso, y lo hace muy bien.

Más allá de no haberle llegado a la referencia de la homosexualidad, la otra gran diferencia entre lo que escribí a los 19 y lo que sentí a los 15, es no haber mencionado al personaje de Brandon. Me gustaría pensar que la Julia de 19 ya estaba pensando más como la Julia de 27, pero no, recuerdo que no lo mencioné sencillamente porque no me gustó cómo actuaba. Sin embargo, a los 15, Brandon había sido mi personaje favorito. Jimmy Stewart me caía mal en aquella época porque sólo lo había visto en Vértigo y había odiado a su personaje, pero por alguna extraña razón había amado a Brandon en Rope. Quiero que decir que por un lado, me da mucha vergüenza escribir este texto, pero al mismo tiempo lo escribo con la seguridad de que muchos hemos pasado por ahí.

Julia tenía 15 años y posiblemente su libro favorito todavía fuera El Retrato de Dorian Gray* que me acompañaba apasionadamente desde los 13. No digo esto en vano; mi fascinación por el personaje de Dorian Gray era hardcore, amaba a ese muchacho a la vez hermoso y perverso, y apoyaba cada una de sus decisiones. No quería que nadie descubriera que había matado a Sybil. Con todo y eso lloré al final del libro, cuando por primera vez quiere volver a ser un alma pura e inocente, y se da cuenta de que ya es muy tarde. Sin embargo, y esto es importante, odiaba a Lord Henry, porque en todo caso Dorian Gray no era tan perverso, sino manipulable. Lord Henry lo había llevado hasta ahí, sin darse cuenta, y su mala influencia a través de la “simple” palabra había dañado la vida de Dorian — a quien, repito, yo seguía apoyando porque estaba enamorada de él.

Desde chiquita, soñaba con ser detective. Supongo que eso significa estar del lado del “bien” — atrapar a estos personajes perversos y dañinos que acaban con la vida de las personas. Dorian Gray me llevó a un lado más oscuro. Estaba por primera vez del lado de esos personajes a los que soñaba con atrapar. Yo siempre digo que tuve una adolescencia tardía, en mis 20. Sin embargo, aunque esto sea cierto en algunas cosas, me llena de felicidad y tranquilidad saber que no es cierto en otras. Hay una cierta arrogancia en un adolescente. Nunca me sentí inmortal, pero supongo que sí me sentía superior: leo estos libros, veo estas películas, soy inteligente, tengo este lado “perverso” que me hace empatizar con estos personajes, el clásico “no soy como los otros, but like, in a cool way”, y sobre todo, tengo la capacidad de influenciar a otros. Ahora, no estoy diciendo que era una mala persona. No estaba en mis planes hacerle daño a nadie. Sólo era medio insoportable e inmadura, pero bueno, era una adolescente, y supongo que es el momento de serlo. Mis valores fundamentales como ser humano no creo que hayan cambiado tanto, nunca he sido una “Brandon” o una “Dorian Gray” en el fondo, era sólo una fase. En esta fase, se ven las películas que se ven para alimentar al personaje, pelis de Tarantino, Taxi Driver, etc. Sigo admirando estas películas, y sigo admirando la complejidad de Travis Bickle, me sigue importando, pero no lo sigo admirando. No me visto como él para hacerme fotos en el espejo.

No recuerdo cómo ni por qué llegué a Rope. Supongo que bastaba vivir en una escuela de cine y tener una excelente videoteca a mi disposición — pequeño brand placement para la EICTV. El caso es que cuando la vi esa primera vez, recuerdo que me enamoré hasta cierto punto de Brandon. Era elegante, inteligente y profundamente perverso. Genial. Estaba tan de su lado, que la película sólo sirvió para hacerme odiar más a Jimmy Stewart, y seamos honestos, ese es mi mayor crimen en todo lo que estoy contando. Por suerte, par de años después, con la pierna enyesada, mi querido Juan Soto me recomendó que viera Rear Window, y así, el mismo Hitchcock logró que Jimmy y yo entabláramos una hermosa relación que sigue intacta hasta hoy en día. Pero volviendo a la Julia de 15 años que veía Rope por primera vez, lo que no entiendo es por qué si odiaba a Lord Henry, podía amar a alguien como Brandon. La actitud de este último puede hacerle eco al primero en su relación con Phillip, un chico evidentemente sensible que termina cometiendo un asesinato porque su amigo/novio lo engatuzó a hacerlo junto con él, porque “ey, qué chévere si lográramos hacer esto y demostráramos que somos superiores a todos los demás”. Pero, mi odio a Lord Henry sí justifica mi odio hacia Rupert, el personaje de Jimmy Stewart. A fin de cuentas, supongo que es el que más se le parece. Rupert había sido profesor de Brandon, Phillip y David (la víctima). A través de la palabra, Rupert había inculcado en Brandon la filosofía Nietzschiana del “súper hombre”, en la que algunos hombres están por encima del código moral de los otros simples mortales, y por lo tanto pueden cometer actos terribles, sólo porque pueden. Sin embargo, como vemos al final de la peli, Rupert se horroriza de haber ocasionado indirectamente el asesinato, y pone en cuestión todos los ideales que ha venido defendiendo hasta ese momento. Le dice muy claramente a Brandon, parafraseo: “La gran diferencia entre tú y yo es que yo nunca haría lo que tú hiciste”. Así que supongo que la frase “haz lo que digo, no lo que hago”, no aplica en este caso.

Los años, por suerte, han ido pasando. No es siempre evidente darse cuenta de lo mucho que uno ha crecido. Me ha ayudado, en el transcurso de los años, escuchar a amigos de adolescencia decir algunas cosas, darme cuenta de su misantropía. Iba a decir cinismo, pero por más que aborrezca el cinismo, hay momentos en los que sí me puedo reír de ciertos chistes. La misantropía sin embargo, es algo por lo que me es imposible abogar, porque implica un sentido de superioridad hacia toda la raza humana — de la que los misántropos también forman parte, lo quieran o no.

En estos años, no he perdido mi interés por la criminología, y puedo pasarme horas viendo videos de youtube sobre casos criminales, puedo incluso sentir un genuino interés por esos criminales. Lo que cambió fue mi punto de vista, y lo que siento cuando escucho esas historias. Si antes sentía una fascinación que quedaba ahí, flotando, superficial, ahora siento miedo, asco, me perturba. El interés ha pasado a ser psicológico, entender qué hay dentro de nosotros que lleva a algunos a cometer esos actos, y lo que se lo impide a otros. No quiero ser amiga de ninguna de esas personas, mucho menos parecerme a ninguno de ellos, ni siquiera en un sentido puramente estético. Sólo quiero, supongo, descifrar el misterio — no de qué pasó, pero de cómo se llegó a ese punto. ¿Cómo, cuándo y por qué nace un asesino?

Entonces la última vez que vi Rope hace varias semanas, me perturbó profundamente. Hay crímenes que uno puede entender, y cuando digo entender, no digo justificar. Sino que hay una cadena causal que te lleva a encontrarle una lógica al crimen y a la elección de la víctima. Según A, B tenía que desaparecer porque X. Para usar las otras pelis de Hitchcock sobre las que hablamos, en Rebecca, Olivier mata a Rebecca porque era un macho herido, y sólo podía matar a Rebecca, porque ella era la causa de todos sus males. En Shadow of a Doubt, a Cotten le caían híper mal todas las viudas ricas y quería borrarlas de la faz de la tierra. En Spellbound el director del hospital mata al verdadero Dr. Edwardes porque lo envidia, básicamente. Y en Notorious, la mamá de Sebastian envenena a Alicia porque es una amenaza para la organización nazi. Repito, no estoy diciendo que estas muertes son justificables, estoy diciendo que el motivo es claro y que la elección de la víctima es igual de clara y específica. En estas películas, el “por qué” es sólo parte de la trama, y no llegamos realmente a empatizar con esas víctimas — excepto con Alicia, porque es la protagonista —, ya que estamos demasiado envueltos en los “cómo” y “por qué” de la trama, del misterio. En Rope, el motivo también es claro, se martilla una y otra vez: “soy superior, y tenía un montón de ganas de demostrarlo y de paso cometer el crimen perfecto porque soy así de cool e inteligente”. Sin embargo, la elección de la víctima no puede ser menos específica. Básicamente, cualquier otro ser humano que, desde el punto de vista de Brandon, fuera inferior — y dado su ego, me imagino que es el 99.9% de la población mundial —, es digno de ser matado.

Dada la década en la que se hizo la peli, y específicamente el hecho de que se haya hecho después de la Segunda Guerra Mundial, es imposible no relacionarlo con el nazismo. Brandon podría fácilmente ser Hitler. No sé si está establecida una relación directa entre la ideología nazi y la filosofía del súper hombre de Nietzsche, supongo que sí, pero la verdad es que nunca tuve una fase Nietzsciana, ni indagué al respecto. Tuve excelentes clases de filosofía en el colegio, pero, realmente, me enteré de la correlación viendo Rope. Supongo que eso me hace perder puntos en inteligencia y “coolness” por nunca haber sido fan de Nietzsche, pero puedo vivir con eso. Esas son las bendiciones de ya no tener 15 años. El caso es que estoy bastante segura de que hay un mensaje de post-guerra en Rope en ese sentido. El derrumbe ideológico de Rupert, es un poco el derrumbe del mundo después de descubrir los campos de exterminio, después de darnos cuenta de los niveles de maldad a los que puede llegar el ser humano. Cuando visité Auschwitz con mi madre, una mujer que estaba en nuestro grupo de visitantes — sólo se puede visitar en grupos —, le preguntó a la guía “oye, ¿y por qué Hitler hizo todo esto?”, a lo que la guía respondió “No hay ninguna razón. Es injustificable e inexplicable”. La mujer igual insistió y dañó su primera pregunta que, aunque ingenua, era una pregunta válida en cuanto a su única respuesta posible. ¿Por qué Brandon mató a David? Aunque conozcamos los motivos, cualquier respuesta es inválida, porque el crimen es injustificable y por lo tanto inexplicable. Y ¿por qué mató a David? La elección no es sólo injustificable, ni inexplicable, sino que su arbitrariedad hace del crimen un evento muchísimo más doloroso de lo que ya es. Ahora pensando, siguiendo el hilo del nazismo, ¿será que el nombre de David fue arbitrario? Quizás me estoy yendo muy lejos ahí, pero quiero seguir con este hilo: si Brandon es un eco a Hitler, y David es, digamos, los judíos — aunque todos sabemos que no sólo murieron judíos durante el genocidio —, Rupert sería tal vez un eco a Nietzsche — la palabra que dicta pero que no comete los actos, a la vez influenciando a los que sí actúan —, entonces ¿quién sería Phillip? Porque digo que Brandon mató a David, pero obviamente, los dos lo mataron juntos. En el podcast que escuché se hacen la pregunta que nunca me había hecho: ¿Por qué Brandon mata a David con ayuda de Phillip? Ofrecen varias hipótesis, preguntándose si Brandon de verdad cree que Phillip es superior como él — ya que vemos que Phillip se quiebra mucho más rápido y parece tener por lo menos más empatía que Brandon, lo cual es bastante fácil, dado que el grado de empatía de Brandon es cero (véase… cada decisión tomada por Brandon en la película entera) —, o si lo que Brandon quería era alimentar su ego y poder compartir con alguien el acto que acababa de cometer, porque hubiese sido imposible para él cometer el crimen perfecto sin ningún testigo, etc. Obviamente si pensamos que Brandon y Phillip son pareja, entonces pueden haber muchas otras teorías. Pero una cosa es segura: Phillip parece haber estado “siguiendo órdenes” de Brandon. Y es inevitable pensar entonces en los juicios de Nuremberg, y cómo esa frase se repetía una y otra vez por los oficiales nazis y demás agradables personajes siendo juzgados. Ahora volví a ver los primeros minutos de la peli porque quería asegurarme de algo que apoya esta analogía que estoy haciendo: el que ahorca a David es Phillip, no Brandon. Brandon es la “mente maestra” detrás de toda esta operación, Phillip es el que comete el acto. I rest my case.

Cuando hablaba antes de los otros crímenes Hitchcockianos, explicaba su lógica. Quiero precisar: todo asesinato — excepto, supongo, los cometidos en defensa propia —, son injustificables y por lo tanto inexplicables. El “motivo” de un crimen jamás está a la altura de la vida de un ser humano. Jamás. Quiero que esto quede claro para que no me malinterpreten. Lo que me perturba del asesinato en Rope es su arbitrariedad, y su motivo específico. Me perturba la arrogancia adolescente de Brandon, su profundísima inmadurez — que se esconde tantas, tantas veces detrás de ese sentido de superioridad —, su pseudo-inteligencia a nivel intelectual que sólo acentúa su ausencia total de inteligencia emocional, y su perversidad que hace que la película sea exquisita, y no que él sea exquisito.

Pero al mismo tiempo, como dije al inicio de este texto, verla me llenó de paz: yo, Julia, sí crecí. Sí logré reconciliarme con el hecho de ser un ser humano, con no ser superior a nadie, con lidiar con mis inseguridades e imperfecciones sin tener que hacerle daño a nadie, con saber que eso significa que, por suerte, voy a seguir creciendo. Extraño muchas cosas de esa Julia de 15 años, muchas. Pero extraño las cosas que quiero rescatar: maravillarme con todas mis emociones, vivirlas todas plenamente sin ningún pudor, para así poder dentro de unos años mirar a la Julia de 27 años, y extrañarla también.


* No me malinterpreten, todavía le tengo mucho cariño a Oscar Wilde. El Retrato de Dorian Gray ya no está entre mis libros favoritos, pero fue una fase importante en mi vida e insoportable para todos los que eran cercanos a mí.
** En mis clases de filosofía, en las que tenía que escribir a toda velocidad todo lo que decía mi querido y admirado profesor, encontré un tip para siempre escribir bien el apellido de Nietzsche. Así que si no eres un hardcore fan, te lo cuento: el orden del torbellino de letras en el medio del apellido, va en el orden inverso que tienen esas letras en el alfabeto - z, s, c.

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Podcast: That’s BS: #68 - Rope: Alfred Hitchcock takes on Nietzsche
Video: Rantasmo: Rope needs more gay

Julia Scrive-LoyerComment