MEMORIAS AJENAS
por Nadya Khoury
A principios del confinamiento, en un presente detenido y un futuro incierto, me encuentro en el pasado, acogida por imágenes que en 1974 tomó Bichara, mi abuelo paterno. La nostalgia que siento al ver los álbumes familiares se me hace inoportuna, teniendo ésta la condición de la memoria, y yo en ese entonces la condición de no existir…
Me pregunto si tal sensación no es más que la prueba de una distancia intrépida, aunque no tan física que, por el devenir de la vida se vuelve fría y frecuente como se ha vuelto la “distancia social”. ¿Será incomodo el reencuentro?
Entre polvo y sorpresas, permanezco detrás de su ojo y, a pesar de mi ausencia, recuerdo memorias ajenas a través de la pintura. Este también se vuelve un medio favorable para mí como una forma de preservar estas imágenes esperando ser devueltas.