RUDOLPH THE RED-NOSED REINDEER

Larry Roemer, 1964


por Manuel Omar Mejía

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Christmastown tiene que ser el peor lugar para pasar Navidad. Un Santa hostil y discriminatorio, venados cabrones, elfos que se toman muy a pecho su vocación, y un monstruo abominable que siempre está al acecho para destruir todo aquello relacionado con la Navidad. Sin embargo, ¿a quién no le encanta revisitar esta hermosura de película? Está llena de esas gringadas que los gringos saben hacer tan bien, como vendernos como un paraíso lo que es en verdad un infierno.

Rudolph the Red-Nosed Reindeer es una película animada para televisión, estrenada en Estados Unidos en 1964. Está inspirada en la canción compuesta por Johnny Marks, que a su vez está inspirada en el poema original de Robert L. May escrito en 1939. Ésta es una historia que tiene un hermoso mensaje: si sos diferente de los demás, de manera física o mental, la única opción de ser aceptado en la sociedad es si tu “defecto” es útil. Sí, ese es el mensaje, una representación exacta de lo que es la sociedad en la vida real. Este mensaje tan fuerte está cubierto debajo de varias capas de nieve prístina que nos aleja de su verdadero significado y nos vende el sueño de aceptación y superación de uno mismo.

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La historia comienza con el nacimiento del pequeño Rudolph con el horrible defecto de tener la nariz roja y brillante. Sus prejuiciosos padres logran esconder esta vergüenza de nariz por todo un año, pero en el entrenamiento de renos para ser parte del equipo de Santa, todos descubren su nariz. Santa se enfurece por este defecto y reprende al padre de Rudolph, Donner, por haber criado a tan horrible monstruosidad. Rudolph es desterrado, y junto a Hermey, un elfo que tampoco es aceptado por no querer hacer juguetes sino ser dentista, se embarcan en una aventura para ser libres. Pero acaban en La Isla de Juguetes Inadaptados, un lugar donde van todos los juguetes con defectos, y le piden a Rudolph que regrese a Christmastown para avisar a Santa de su triste infortunio. Por suerte, llegan justo el día en que la Navidad iba a ser cancelada por una gran tormenta de nieve. Es aquí que Santa Claus se inspira en la nariz brillante de Rudolph para que guíe su trineo durante la tormenta. Los juguetes de la Isla de Juguetes Inadaptados son salvados, junto con la Navidad. Fin.

Rudolph es una de las películas navideñas que más tiempo ha estado al aire, sin parar desde 1964. Lo que es sorprendente, al menos para mí, es lo poco que recordaba la película en sí. La vi recientemente y me sentí identificado con la crítica que aparece en la página Honest Trailers. Ésta es una película con tramas y personajes de relleno, partiendo de una canción de tres minutos a “una versión infantil del Señor de los Anillos para niños en ácido”. Porque si bien todos recordamos a Dancer y Prancer… ¿recordamos a Rey Moonracer? El rey león con alas que protege a los juguetes inadaptados, ¿o a Yukon? el gran explorador del norte que ayuda a Rudolph y a Hermey en sus travesías mientras está en búsqueda de oro. O recordamos a Clarice, la joven venada enamorada y único personaje que acepta a Rudolph desde un principio.

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Revisitar este especial navideño es una locura que todos tenemos que experimentar esta temporada. Es una sorpresa y un deleite ver esas pequeñas figuritas animadas cantar, revolcarse en la nieve, pelear, ponerse locos al ver una nariz roja y ver cómo le extraen los dientes a un monstruo en contra de su voluntad. De igual manera, cómo no olvidar esa banda sonora de la que la misma película se inspiró para existir. Presentando también tonadas pegajosas como “We’re a Couple of Misfits” y “We are Santa’s Elves”. Rudolph es y será ese clásico navideño que aun hoy es relevante en la cultura popular.

Y en cuanto a su mensaje final. ¿Qué podemos decir? La verdad es que está más apegado a la realidad que muchas otras películas de Navidad. Lo podemos ver como una manera de retratar la cruda verdad: el mundo te va a juzgar si no seguís los patrones sociales establecidos. Aun cuando al final en la película todos son felices, incluso el monstruo abominable y los elfos esclavos del tiránico Santa Claus, todos sabemos que Rudolph siempre será el extraño, el alienado. Pero es tan bonito ver esta película que al final del día pensamos que simplemente lo estamos “sobrepensando”. Rudolph está feliz, salvó la Navidad y todos vivirán felices por siempre, punto final.

Esta película es un hito navideño, un éxito inmediato y un homenaje a todo lo hermoso de esta temporada tan comercial. La película ha sido parodiada y replicada en tantas ocasiones que sería imposible saber cuántas obras han salido de ella. Entre todas, recomiendo de manera ferviente la producción de MADtv donde se usan referencias de películas de Martin Scorsese, e incluso de Apocalypse Now y El Padrino.

Recomiendo una vez más esta película, para verla arropado en la camita, con una taza de cocoa caliente. Son cincuenta minutos de discriminación y hermosa violencia navideña.

Pueden verla aquí