EL ARTE DE NARRAR UN CRIMEN

Una entrevista a Mike Oh


por Julia Scrive-Loyer

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Ya les he contado que siempre soñé con ser detective. Aunque eso haya resultado ser un sueño frustrado, he logrado volcar mi interés por la naturaleza humana en lo que escribo para y sobre películas. Eso no quita que, religiosamente, me dé mi dosis de true crime a través de varios podcasts y de sólo un canal de YouTube, That Chapter, presentado por un irlandés perspicaz y sorprendentemente divertido llamado Mike Oh.

Sobre un ya icónico fondo negro, Mike nos saluda dos veces por semana con un cariño que uno no se esperaría de alguien que está a punto de narrarnos un crimen: “siempre intento contar mis historias como si se las estuviera contando a un amigo en un bar”, me dice, “no me gusta ser formal”. Es precisamente esa informalidad la que me enganchó: entre la multitud de narradores de true crime que optan por usar una voz de ultratumba, Mike prefiere entablar una conversación, permitiéndose hacer chistes internos con sus suscriptores y terminando cada video pidiéndonos que nos cuidemos: “estos temas son muy pesados y pueden llegar a afectar a algunos de los que me ven, por eso intento terminar con una nota positiva (…) le tengo cariño a las personas que me ven, y de hecho me sorprendo muchísimo cuando algunas me dicen que mis videos les han ayudado en momentos difíciles. Eso me vuela la cabeza.”

Con un poco más de 300 videos en su canal hasta ahora, Mike ha logrado demostrar su singularidad dentro de una plataforma en la que hay una saturación de contenido que se sube a diario. Como sabemos, ser singular o único no significa montarse en un cohete para salir a buscar ideas descabelladas que no se le hayan ocurrido a nadie: es tan difícil y tan sencillo como ser uno mismo. “Me tomó un tiempo encontrar mi estilo y sentirme cómodo frente a la cámara, ser ‘yo mismo’”, admite Mike.

Mike de hecho no planeaba ser youtuber. Me dice que esto pasó “de casualidad”. Disfrutaba hacer videos con amigos, pero nunca pensó en publicarlos en YouTube, hasta que un amigo le pidió que lo ayudara en su canal, “estuve haciendo eso varios meses, y luego el trabajo y la vida vinieron a interrumpirlo. Pero siempre empezaba a extrañarlo, así que seguía volviendo”. Sin embargo, sus primeros videos no tenían necesariamente que ver con crímenes, “primero hice videos científicos, luego investigaciones sobre misterios de internet hasta que poco a poco me dejé llevar por mi interés en los crímenes reales”.

Me daba curiosidad, ¿por qué true crime? ¿Será que Mike es un detective frustrado como yo? ¿O es sencillamente una excusa para alimentar su propia curiosidad, de paso alimentando generosamente la nuestra? El medio es el mensaje o, en este caso, el medio es la respuesta: storytelling. ¿Y dónde nació esa pasión? Tenemos una respuesta: “Probablemente empezó cuando leí A Sangre Fría. Contar una historia real de manera interesante es el reto que más disfruto cuando cubro crímenes”. Y esto es algo que les aseguro que Mike hace muy bien. Me sorprende la manera en la que narra cada caso con el mismo entusiasmo y la misma minuciosa atención al detalle, lo mucho que se involucra, como si cada crimen fuera el único que hubiese cubierto. Pero claro, eso es porque Mike está igual de sorprendido por lo que narra, “algunas historias no parecen reales, si las viéramos en una serie o una película nos costaría creerlas. La realidad es, definitivamente, mucho más extraña que la ficción”, dice, “cada historia me tira algo nuevo, me muestra un ángulo distinto. Ha habido casos que me han dejado pensando ‘este es sin lugar a duda el caso más interesante y más loco que he cubierto, va a ser imposible superarlo’. Pero siempre me equivoco, sigo encontrando historias que me superan.” Esto le suma a la singularidad de la que hablaba anteriormente, porque después de todo, ¿qué significa ser singular? Supongo que implica ser sincero, genuino, ser transparente con nuestras emociones, “cuando filmo improviso mucho, entonces mis reacciones en los videos reflejan cómo estoy realmente reaccionando la historia. Siento que eso crea un puente más directo con los que me ven”. Como podemos sentir cómo Mike se siente con respecto a los casos que cubre, éstos terminan sintiéndose mucho más cercano a nosotros, y esta cercanía a su vez hace que sea imposible ignorar el hecho de que estos son casos son reales, le pasaron a alguien tan de carne y hueso como a mí. Eso para mí da mucho más miedo que ese terror atmosférico que uno podría sentir en otro tipo de narraciones que caen en los lugares comunes a nivel visual y sonoro. Mike nos habla muy específicamente a nosotros, su interlocutor está presente directamente desde la interjección inicial con la que abre cada video “hey you”, y de manera más indirecta a través de los chistes internos que parten de una relación ya establecida entre él y su audiencia. Esto hace que nos cuente la historia como quien contara lo que le pasó a su vecino y así, como quien no quiere la cosa, nos lleva a sentir el mismo sentido compromiso que él tiene con cada caso. Esto hace que mientras puedo ver o escuchar cinco casos seguidos contados por otro narrador, con Mike a veces no puedo pasar de uno o dos, porque me involucré a un nivel tal que siento la necesidad emocional de darle tiempo al caso de que respire, de que se mantenga vivo.

¿Pero por qué las historias de true crime nos fascinan tanto? ¿Será que es sólo morbo? Mike piensa que “la gente se siente fascinada por los extremos de la naturaleza humana, por lo que la gente es capaz de hacerle al otro. (…) Es como el miedo que sientes cuando ves una película de terror, sabiendo que estás a salvo. Las historias de true crime se sienten aun más cercanas porque sabemos que sí sucedieron. Y tal vez es incluso un instinto evolutivo: las personas quieren escuchar estos crímenes para que no les pase lo mismo. No sé, creo que en cualquier caso las historias que tienen que ver con la naturaleza humana son siempre fascinantes.”

Esta teoría de la evolución me pareció interesante. Nunca lo había visto de esa forma. Para mí, adentrarme en estas historias me sirve como un recordatorio constante de que los monstruos no son criaturas de otro mundo con tres cabezas: son seres humanos. “No le tengas miedo a los muertos, tenle miedo a los vivos”, me dice a veces mi mamá recordando las sabias palabras de mi abuelo. Estas historias me hacen pensar en lo vulnerables que somos, en la delgada línea entre el bien y el mal, y en que los peligros no sólo acechan desde afuera, sino también desde adentro. La teoría que propone Mike es hasta cierto punto mucho más fortalecedora, catártica incluso, como si al escuchar colectivamente estas historias pudiéramos purgar esos miedos y atesorar la vida. En ese sentido, me preguntaba si cubrir todos estos casos había cambiado la perspectiva de Mike sobre el mundo:

“Lo único que cambió en cómo veo a la humanidad es que me terminé de dar cuenta de lo estúpidas que pueden algunas personas, pensando que pueden salirse con las suyas. Creo que la mayoría de nosotros creemos que los demás van por la vida pensando igual que uno, hasta que nos encontramos con alguien que decide que, sin nada que pueda justificarlo, su única solución es matar a alguien. Eso me confunde profundamente. Al mismo tiempo, hay muchos casos de los que he cubierto donde alguien hizo algo terrible y donde sin embargo podemos llegar a sentir piedad por esa persona, porque logramos identificar el momento en el que todo empezó a degenerarse. Sin embargo esa piedad debe guardarse siempre para las víctimas, no para los criminales.”

Como mencioné, Mike publica videos dos veces a la semana en su canal de YouTube. Esto es mucho trabajo, porque implica investigar el caso, encontrar archivos (la cantidad de archivos en sus videos es uno de sus mayores atractivos), asimilar los detalles de manera tal a poder improvisarlos frente a la cámara, editar, etc. Esto no sólo me hace admirar su dedicación, sino que me lleva a preguntarme cómo lidia Mike con toda esa información tan cruda: “Se me da bastante bien dejar las cosas en la computadora”, explica, “no me llevo los casos a casa e intento no pensar en ellos cuando no estoy trabajando”. Ni siquiera ve ni escucha nada sobre crímenes en su tiempo libre, y la verdad es que bien por él, porque así puede encontrar un equilibrio viendo todo lo contrario: clásicos como Peep Show, Alan Partridge e It’s Always Sunny in Philadelphia, lo que explica el muy bienvenido sentido del humor con el que salpimienta sus videos.

Y sin embargo, quería saber, ¿hay algún caso que lo persigue? “Probablemente en el que más pienso es en “The Highway of Tears”. Hice un video hace un tiempo, pero lo borré del canal porque quiero volver a hacerlo bien y hacerle justicia, quizás incluso viajar y cubrirlo in situ. Es una carretera al oeste de Canadá donde más de 70 mujeres indígenas han desaparecido o han sido encontradas asesinadas, y a nadie parece importarle. Ese es probablemente el caso en el que más pienso.”

Mientras tanto, pueden ver todos los casos que Mike ha cubierto en su canal, That Chapter. Si se hacen fan, pueden apoyarlo también en Patreon donde tienen acceso a sus videos de manera anticipada, así como a otros videos exclusivos para la plataforma. Esto también les permite unirse a la comunidad para pedirle a Mike que se tome par de días de descanso de vez en cuando. Si, como a mí, les fascina el true crime, créanme cuando les digo que hay un antes y un después de la primera vez que escuchen estas palabras: “Hey you, and welcome, my name is Mike…”