james widdicombe
Soy aficionado a todo lo relacionado con el cine. Estudié filmología e historia, pero pasé la mayor parte del tiempo en los cines de repertorio en la Gran Manzana. Si bien no soy archivero, me encontré archivando. Si bien no soy curador, me encontré haciendo eso para un museo. Aunque rara vez voy a festivales, me encontré trabajando para uno. No soy cineasta, pero hice un cortometraje. Si bien no se nada de crítica, hice algunos trabajos editoriales para una revista y escribo para esta.
Todo lo relacionado con el cine me fascina, especialmente aquellas tradiciones que encarnan el “genio del sistema”. Cuando no estoy viendo o pensando en el cine, coqueteo con Dama Filosofía y me entrego a mi obsesión con Dante en mis sueños y andanzas.
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ARTÍCULOS ESCRITOS POR james
Creo que todos somos, en cierto modo, extrañas encarnaciones el uno del otro de diferentes maneras. Entonces, en cierto modo, si Don Carmelo está buscando a su hijo, no sé si alguna vez lo encontrará, pero creo que la única forma real de encontrar a su hijo es encontrarse a sí mismo.
Sin saber cuándo o si el mundo que fue volverá a ser, me siento impulsado a recordar algunos de los mejores días de mi vida.
En Tierra amarilla, el paisaje fue una fuerza que impidió a los campesinos buscar nuevas formas de vida, en Naturaleza muerta, la transformación del paisaje en memoria e ícono coincide con la migración forzada de los habitantes rurales.
Al favorecer las tomas largas y las estructuras narrativas episódicas, Hou Hsiao-hsien presenta una noción más ambigua de realismo que desafía la noción misma de la realidad objetiva.
Para aquellos que han visto estas películas de 1960 hablar con alguien que las conoce es muy parecido a hablar sobre experiencias vividas compartidas.
Al "traducir" el género del western a un contexto latinoamericano, Tiempo de Morir destaca la caballerosidad y el machismo como sus formas de masculinidad. Al hacerlo, la película ofrece un punto de contacto común con múltiples culturas latinoamericanas.
La película documenta la pérdida de un hogar familiar como una reflexión sobre la diáspora y la identidad dominicana.
Esta es la historia sencilla que Alfonso Morgan-Terrero, en su ópera prima, cuenta de manera elíptica a través de momentos de observación entrelazados con todos los personajes centrales. Filmada con un presupuesto limitado, ésta es una película comunitaria que se ve reforzada por la autenticidad de actores no profesionales de la región.