DOCE
Dir. María del Mar Rosario | 2016
Doce fue mi primer ejercicio de la EICTV y la primera vez que dirigí una película. Es una película que atesoro porque tuvo una función catártica. Después de varios días de investigación escarbando el pueblo de San Antonio de los Baños, exhaustos, mi guionista Manuel Omar Mejia y yo, descansábamos en un banco en el parque de la iglesia frente a un grupo de niños y niñas que jugaban en el receso. Veníamos de visitar un lugar muy opaco que me había dejado en baja y sentía que los colores brillantes de su ropa atlética me sanaban la vista. A algunos los pantalones cortos le quedaban pequeños cómo si las piernas se le hubieran acabado de estirar. Mientras mirábamos esos cuerpos con sus hormonas revueltas transpirando pubertad, sentía nostalgia de ese momento en que la parte fisiológica se le adelanta al entendimiento.
Yo recién estaba entrando en los 30, cambiando de carrera, y no quería confrontar la adultez. Le digo a Manolo, “preferiría rodar algo con estos niños”. Y él inmediatamente estuvo de acuerdo. Recuerdo la emoción al sentir que los dos estábamos interesados en trabajar el mismo tema. Pedimos permiso en la escuela intermedia del pueblo y estuve visitando diferentes salones buscando una niña de 12 años. Pasé dos semanas en bicicleta por las calles, metiéndome en la película y sintiendo que penetraba el alma del pueblo. Conocí a las familias de varias niñas sobre tazas de café negro, mesas de dominó, y camas tendidas de colores pasteles.
Estando con Melaine y sus vecinas descubrí un mundo de niñas que jugaban a ser madres con hermanas en vez de muñecas. Y tuve por primera vez la oportunidad de acercarme a algo que me daba mucha curiosidad mirarlo de cerca sin tener que entenderlo. Aunque en el fondo yo sabía que Melaine me recordaba a mi mejor amiga cuando tenía su edad y a la incertidumbre de no saber aún quiénes seremos.
Revistando la película, me doy cuenta de que mi catarsis fue provocada porque llegué a la escuela de cine tras años de estar trabajando en la industria de la moda frente a la cámara. Entendí que ya nunca más tendría que posar callada. Yo también estaba en una etapa de transición. Doce fue mi iniciación.
— María del Mar Rosario